martes, 15 de abril de 2008

El Rol del Tutor de estudiantes con Problemas de Aprendizaje



Al trabajar con estudiantes con problemas de aprendizaje se busca apoyarles a reconocer sus propias fortalezas, apoyándoles en la adquisición de estrategias cognitivas y metacognitivas para que se desarrollen de manera autónoma e independiente como estudiantes y enfrenten con éxito las tareas académicas y apoyándolos para que aprendan formas adecuadas de solución de problemas sociales (Flores 2000); a los profesionales responsables de dar el apoyo se les conoce como tutores.

Flores (2006) señala que los tutores adaptan y planifican las sesiones a las fortalezas y dificultades del alumno, pues la falta de planificación puede llevar a improvisar la organización del trabajo propiciando situaciones inesperadas, difíciles de manejar y que disminuyen la motivación de los alumnos de secundaria; generan un ambiente de aprendizaje motivante para que el alumno experimente éxitos y comience a mejorar su propia percepción de eficacia; este ambiente responde a las necesidades de cada uno de los alumnos, de tal forma que empiezan a aprender, entender y controlar su aprendizaje. Aprenden estrategias y adquieren conocimientos necesarios para la superación de sus dificultades académicas, a la par que desarrollan una percepción positiva de sí mismos como aprendices, igualmente aprenden a definir, valorar y trabajar en sus metas lo que favorece que tengan éxito y se sienten motivados hacia las tareas escolares.

Lograr el ambiente motivante para el aprendizaje se propone consideren dos aspectos, las estrategias para la organización del trabajo y la estrategias instruccionales durante la sesión de trabajo (Flores, 2005).

Estrategias de organización del trabajo
Contemplan la planificación y el desarrollo de una estrategia que permita al alumno asumir la responsabilidad de sus tareas, el establecimiento de las metas, la elección de la forma de trabajo, distribución del tiempo de la sesión, cómo organizar las actividades y en que basarse para brindar los apoyos de los alumnos.

El establecimiento de metas es el punto de partida para organizar y planificar el trabajo, las metas son los objetivos que el estudiante pretende lograr al realizar una tarea y sirven para delimitar y hacer accesible una actividad, también son un importante mecanismo para la motivación, pues el estudiante realiza actos que considera le ayudaran a conseguir sus metas personalmente establecidas.

Bandura (1997) señala que las metas contribuyen a la consecución de un ambiente favorable de aprendizaje cuando cuentan con estas características:
a) Próximas, el logro sea temporalmente cercano.
b) Específicas, se refiere a que sean actividades concretas y bien delimitadas.
c) Desafiantes, apropiadas a las competencias del estudiante, representen un desafío accesible.

Para propiciar el logro de las metas es necesario se brinden a los estudiantes los apoyos necesarios para que pueda identificar sus fortalezas y dificultades al planificar y llevar a cabo el trabajo en la sesión así como en la evaluación de sus logros. De esta manera se propicia que el estudiante a tome control sobre su aprendizaje, es decir, sea capaz de planificar, supervisar y evaluar su actividad en forma autorregulada.

Schunk y Zimmerman (1996) definen la aprendizaje académico autorregulado, como la capacidad de la persona para dirigir su propia conducta hacia el logro de metas en forma cognoscitiva, conductual y socialmente activa. Un estudiante autorregulado tiene capacidad para formular o asumir metas, proyectar su actuación, observarla con mirada crítica, y evaluarla a la luz de ciertos criterios, lo cual le permitirá valorar su eficacia para conseguir las metas.


  • Planificar implica que el estudiante sea capaz de reconocer los aspectos relevantes para realizar su tarea, establezca metas, organice el ambiente de trabajo y ubique las estrategias adecuadas para la tarea.


  • Supervisar consiste en el monitoreo regular, sistemático y continuo de la propia conducta, de forma que el estudiante pueda distinguir entre los aspectos que son relevantes para la realización de su tarea y los que no, como cuando el estudiante registra el tiempo que dedica a realizar determinada tarea.


  • Evaluar es la reacción que tiene el estudiante a su conducta en contraste con sus propios estándares, es decir, es un procesos de comparación interna entre los estándares personales y el nivel de ejecución en el logro de una meta, tales conductas son: checar una tarea después de que se concluyó, comparar la ejecución contra una meta, identificar una estrategia errónea, etc.

La autorregulación es un proceso sumamente complejo, con matices diversos, y estrechamente ligado a muchos de los procesos psicológicos, es un proceso que en la educación abre las puertas a la concepción de un alumno activo, emprendedor y verdadero protagonista de su aprendizaje.

Estrategias instruccionales durante la sesión.
Durante la sesión de trabajo el tutor brinda los apoyos necesarios que el estudiante requiere, estableciendo así un proceso de ayuda o relación didáctica con la finalidad de promover el aprendizaje.

Para que la ejecución del tutor sea efectiva es básico que éste sea capaz de determinar lo que Vygotsky (1934) llama Zona de Desarrollo Próximo: el espacio dinámico entre el nivel de ejecución de una persona de forma individual, nivel de desarrollo real, y la calidad de la ejecución cuando esa misma persona recibe la ayuda de un compañero más capaz, denominada nivel de desarrollo potencial. Con este conocimiento el tutor adapta el proceso de ayuda al estudiante para desarrollar en éste ciertas habilidades cognoscitivas o conocimientos que le permitan el desarrollo de una tarea o actividad.

La instrucción se convierte en un proceso de diálogo continúo, relación didáctica que se establece entre tutor y estudiante para lograr ciertos objetivos de aprendizaje; en otras palabras se trata de un tipo de ayuda que obedece a los intereses y conocimientos previos de los alumnos y que tiene por objetivo empujarlos a un nivel más alto de desarrollo. Así entendida la zona de desarrollo próximo es un proceso construido conjuntamente entre tutor y estudiante a través del diálogo y la mediación.

El tutor estructura adecuadamente el trabajo teniendo en cuenta las fortalezas y dificultades de cada uno de sus estudiantes, la demanda escolar y las metas que estos proponen, así mismo el tutor guía y orienta a los y las estudiantes a planificar su tiempo.

Dicha ayuda brindada por el tutor a los y las estudiantes tiene como finalidad que éstos logren la madurez y dominio en una tarea, que realicen las actividades por sí mismos e incrementen su nivel de competencia hacia el desarrollo autónomo de sus capacidades como aprendiz. Word, Bruner y Ross (1976, en Lamarque 1984) designan a este proceso como Andamiaje, el cual consiste en una estructura de sostenimiento de las prácticas de aprendizaje que permite que el aprendiz se involucre en actividades y tareas que están por encima de sus capacidades y competencias individuales, las cuales podrá desempeñarse gracias al soporte o andamiaje del tutor o alumno más experto. De acuerdo con Flores (2005) para dar un andamiaje adecuado el tutor:
Distingue entre el apoyo a la realización inicial de una tarea y su posterior realización sin ayuda, distinguir entre las aptitudes para la resolución de problemas que muestra un estudiante cuando trabaja solo y las aptitudes para la resolución de problemas de ese mismo estudiante cuando recibe la ayuda de personas más experimentadas o colabora con ellas.

Identifica las habilidades y dificultades de los alumnos en áreas específicas para lo cual: identifica las necesidades en actividades escolares periódicas, se prepara en los temas que trabajan los alumnos y prepara con anticipación los materiales necesarios para trabajar en la sesión.

Conoce y emplea
el uso de estrategias como: enseñanza reciproca, aprendizaje cooperativo, modelamiento, la transición suave entre actividades, la atención simultanea a varios eventos, la supervisión de las actividades, la retroalimentación y la evaluación de la sesión

La tutoría se llevan a cabo en grupos de varios estudiantes que interactúan entre si mismos además de con el tutor, lo cual se basa en la premisa de Vygotski (1978) que el conocimiento es algo social, que se construye a partir de los esfuerzos cooperativos para aprender, comprender y resolver problemas.

Vygotsky, como lo señalan Guzmán y Flores 2006 (en Flores.- Macotela, 2006) sustentó que el aprendizaje aislado no puede conducir al desarrollo cognitivo, siendo la interacción social un prerrequisito para el aprendizaje y el desarrollo cognitivo, es decir, la construcción del aprendizaje siempre implica más de una persona; por lo que la cooperación es esencial en la construcción del aprendizaje: cooperar para aprender suele mejorar la orientación social de los aprendices (habilidades sociales, actitudes, etc.); así como hace más probable la aparición de una motivación intrínseca por el aprendizaje o deseo de aprender. De la misma manera, la cooperación favorece el aprendizaje constructivo, la reflexión y la toma de conciencia sobre el propio aprendizaje (desarrollo de estrategias, control, cambio conceptual, etc.).

Convertir el aprendizaje en algo compartido, es decir, trabajar en pequeños grupos de estudiantes muestra diversas ventajas sobre el trabajo individual, suele ser más eficaz porque promueve no sólo la generación de conflictos cognitivos en los aprendices, sino también de conflictos socio-cognitivo: los miembros del grupo, intercambian información y compresiones, descubren los puntos débiles en las estrategias de razonamiento de los demás, se corrigen entre sí y ajustan sus compresiones sobre la base de las ajenas (Echeita, 1996)

La más sobresaliente durante los esfuerzos cooperativos es la oportunidad de que los alumnos intercambien puntos de vista acerca de un problema y propongan una solución satisfactoria que promueva su aprendizaje, para lo cual han de involucrarse en discusiones, en las que se producen y resuelven los conflictos cognitivos, el razonamiento inadecuado es expuesto y se modifica (Brandsford, Brown, Pellegrino 2000),

Es decir, se trata de lograr en las y los estudiantes la inmersión consciente en el mundo de su experiencia, es decir la reflexión, cargado de connotaciones, valores, intercambios simbólicos, correspondencias afectivas, intereses sociales y escenarios políticos, inmersión donde es posible rehacer una parte del propio mundo práctico y reaccionar reestructurando algunas estrategias de acción (Otero y Martínez, 2003).

De esta manera, se plantea por medio del intercambio un conflicto sociocognitivo (al darse la puesta en común con los pares) y el conflicto cognitivo (al darse un conflicto en el proceso interior de cada alumno por el trabajo grupal).

Así, el conflicto sociocognitivo, de acuerdo a Fernández y Melero (1996), es capaz de generar conflictos lógicos (al interior del individuo) y sociales (al interior de un grupo con puntos de vista diferentes) que promuevan el desarrollo cognitivo, dónde, como lo indican Otero y Martínez. (2003), la función de la reflexión es la reestructuración, no solo de la acción que se está realizando, sino también de su significado.

Las condiciones para que un conflicto sociocognitivo promueva el desarrollo cognitivo, según Carugati y Mugny (en Fernández y Melero, 1996) son:


Diferentes niveles cognitivos entre los interlocutores.
Oposición de puntos de vista.
El cuestionamiento entre los participantes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo el blog me parece muy interesante e instructivo. Felicito al autor y a todos los participantes en él. Es una forma de enriquecernos y de contribuir a mejorar en nuestras relaciones con nuestros niños y jóvenes.
Muchas gracias y enhorabuena.