Y no podía ser de otra forma, en estas épocas en que las recetas de mil y un platos suculentos, bebidas chispeantes, ritos de la buena fortuna y decoraciones circulan a más no poder en cuanto medio de comunicación existe.
Esta receta no es del tipo “fast”, más bien es un compromiso por lo que en esta receta el ingrediente principal, eres tú.
Para lograr vivir una sexualidad realmente deliciosa prepare los siguientes ingredientes:
Conocer el Funcionamiento del Propio Cuerpo y el del/la Compañero/a.
He de aclarar que no se trata de tomar el primer libro de anatomía o fisiología que tenemos en casa o de la mochila de alguno de nuestros hijos o hijas para repasar aquellas clases de ciencias naturales (si alguien lo desea hacer claro que adelante) lo esencial de este ingrediente es la palabra PROPIO, puesto que en el tema erótico ningún cuerpo es igual a otro, se trata, definitivamente de conocer aquello que a mi me resulta grato: el tipo de caricias, los besos, el ritmo, los olores, sonidos y texturas que a mi cuerpo despiertan; y lo mismo para mi pareja; claro esto implica espacios para marinar los cuerpos en profundos momentos de comunicación, de tal forma que puedan expresar lo que a cada uno gusta y lo que no, lo que a mi y a mi pareja nos resulta sugerente y lo que no y, por supuesto, aquello que es posible negociar.
Liberarse de Conflictos Educacionales y Psicológicos que Bloquean el Placer.
¡El que dirán hasta en la cama! (o en el lugar que acostumbres tener tus relaciones erótico-coitales). Si hemos aprendido que el placer sexual es algo malo, sucio o pecaminoso, resulta imposible poder desplegar todo nuestro potencial; es imprescindible recibir reeducación sexual para lograr dejar atrás ataduras, tabúes y cualquier otro elemento que bloque este importante aspecto de nuestra vida. A una educación sexual limitante es posible que se añadan vivencias negativas respecto a nuestra sexualidad como abuso, violación, violencia, aborto, complicaciones de parto, amputaciones terapéuticas, burlas hacia nuestro cuerpo, desempeño sexual u orientación sexo-genérica, experiencias todas dolorosas que atraviesan todo nuestro ser y repercuten fuertemente en la vivencia de una sexualidad libremente placentera.
Aceptar y Respetar a la Pareja
La televisión, revistas, la radio, Internet; todos ellos nos ofrecen píldoras, geles, tes y demás fármacos para mejorar el desempeño sexual, como si todo lo relacionado al erotismo se concretara a esos momentos íntimos de encuentro entre cuerpos y el resto del tiempo y de la convivencia no importara ¿o les gusta a ustedes, lectoras, que alguien que las humilla en público les haga el amor en lo privado? O ¿serías capaz de seducir por minutos a quien te resulta repulsivo por horas? Si no acepo y respeto 24 horas diarias a mi pareja y viceversa, definitivamente este plato no se coció.
Prevenir Embarazos no Deseados e Infecciones de Transmisión Sexual.
Es el elemento del autocuidado, y permíteme lectora subrayar lo de auto, así como cada quien es responsable de su propio placer, cada quien es responsable de su propia salud sexual y capacidad reproductiva, es decir, cada quien se cuida y, de esa manera, cuidamos a la pareja. Para ello es indispensable el conocimiento de los métodos de protección sexual: condones para hombre y mujer, aseo adecuado, visita al médico general, proctólogo, ginecólogo o urólogo; la selección de un método anticonceptivo apropiado así como el conocimiento del uso correcto de la píldora de emergencia.
Seguramente después de atender esto podremos disfrutar de nuestra sexualidad de manera plena y responsable, y como diría un famoso personaje televisivo: ¡listo! mmm nos quedó de-li-cioso amiguitos.
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